El pasado mes se publicó en Limnetica – 36 (1):
67-85 (2017) – el primer artículo
derivado del proyecto colaborativo entre Jóvenes AIL, DOMIPEX, titulado “Local and regional
drivers of headwater streams metabolism: insights from the first AIL collaborative
project”. Sus autores, un equipo
multidisciplinar formado por 35 limnólogas y limnológos de mas de 7
paises, han preparado un resumen para el blog J-AIL.
Los ecosistemas
fluviales tienen un papel esencial a la hora de vertebrar el paisaje, a parte de la continuidad longitudinal aguas abajo, están altamente conectados con los sistemas terrestres
adyacentes donde hay un intercambio constante de
energía y materiales. Por ello, cuando
definimos un ecosistema fluvial hay que considerar tanto la biota presente como las interacciones
biológicas, físicas y químicas que tienen
lugar. Este conjunto de interacciones es el que determina el funcionamiento del
sistema, es decir, los flujos de materia y energía. Un método integrador de estudiar el funcionamiento de los ríos es a
través del metabolismo fluvial. Este
consiste básicamente en la medida del intercambio de oxígeno entre la biota y
su medio y cuenta con dos descriptores básicos: por un lado, la producción primaria bruta (PPB), que es
la generación de oxígeno por la comunidad autotrófica del río y por otro, la respiración del ecosistema (RE), que es
el consumo de oxígeno por parte de todos los organismos fluviales.
En este trabajo nos
preguntamos: ¿Qué factores controlan el
metabolismo de un río? ¿Varían entre regiones o estaciones? Para responder
esas preguntas, es necesario estudiar el río como parte de la cuenca
hidrográfica, y así, plantear en qué medida el paisaje y el clima afectan a su funcionamiento. Tener información sobre ríos muy diversos geográficamente
es fundamental a la hora de entender los factores que controlan el metabolismo
a escala global.
El primer experimento colaborativo convocado por la AIL
nos ofreció la oportunidad de colaborar con
grupos de jóvenes de diferentes áreas geográficas. En total, se
muestrearon diez ríos de cabecera en los meses de verano
y otoño en varias bioregiones climáticas desde el sur de
Alemania al sur de España. En dichos ríos, se determinó la magnitud y
variabilidad de la PPB y la RE mediante el método de canal abierto. Asimismo,
se examinaron los factores climáticos, hidrológicos y físico-químicos que
potencialmente pueden afectar las tasas metabólicas fluviales.
Los ríos estudiados presentaron
valores muy contrastados – un valor de PPB entre 0.06 y 4.33 g O2
m–2 día–1 y un valor de RE de 0.72 y 14.20 g O2
m–2 día–1 –. No obstante,
a excepción del río más meridional, todos
ellos presentaron tasas más altas de
respiración que de producción. Dicho resultado sugiere que los ríos de
cabecera muestreados se abastecen mayoritariamente de las aportaciones de
materia orgánica, como por ejemplo la hojarasca del bosque de ribera, la cual es
indispensable para el funcionamiento del río. Además, no se encontraron diferencias en el metabolismo fluvial
entre los dos períodos muestreados (verano y otoño).
La comparación entre los
ríos estudiados indicó que no sólo las características locales del tramo estaban
relacionadas con el metabolismo (por ej. la granulometría del lecho del río o
la temperatura del agua), sino que los factores regionales eran esenciales para
entender el funcionamiento fluvial. De estas características, destacó el papel de la climatología,
que afectaba tanto a la producción como a la respiración del ecosistema. Además, los
impactos humanos en la cuenca, derivados de usos agrícolas o urbanos, también tuvieron un efecto desacatado en la respiración fluvial.
Con todo ello, este
estudio pone de manifiesto la importancia
de incluir el paisaje y los factores climáticos a la hora de determinar y entender
el funcionamiento de nuestros ríos, y muestra la experiencia positiva de una red coordinada de jóvenes investigadores
para lograr retos científicos en una amplia escala geográfica.
Podéis encontrar el artículo completo aquí. ¡¡Esperamos que lo disfrutéis!!